domingo, 18 de julio de 2010

CASTILLO PALLOTTA.


Para acceder al castillo hay que tocar la campana, lo pone bien claro en un letrero, y yo me apliqué tan a fondo en dicha faena que Pedro acabó diciéndome que me relajara con los toques porque ya me habían escuchado hasta en la China.

Apareció una chica tras la gruesa puerta de madera que daba entrada al castillo, y nos comunicó que las visitas habían terminado. Después, reconoció a Stefano como un compañero de universidad, se enrolló un poco y nos dejó pasar a disfrutar de los jardines. Fue una pena porque el Castillo está perfectamente conservado en su interior, completamente amueblado, tal y como lo dejó el último propietario.

Este castillo data del siglo IX. Los dueños han ido cambiando a lo largo de los años y la titularidad según las transferencias que se han encontrado registradas, pasa desde el Estado del Papa hasta el ducaco de Camerino. Por lo que tengo entendido, el último propietario fue el Cardenal Pallotta, del Siglo XVI. Nada de príncipes, ni príncesas, todo curas, eso sí, igualmente me hubiera gustado verles por un agujerito en la intimidad de las gruesas paredes del castillo. Anda que no vivían bien ni "ná" los "señores".

Esta figura sin cabeza, no la entendí hasta un día después, cuando visitamos el pueblo de Giulia, que se llama Osimo. Por cierto, mando un abrazo a sus padres, Fiorisa y Luciano, con los que estuvimos tomando café y disfrutamos de un rato muy agradable. Bueno, en Osimo, la imagen de la ciudad, el símbolo, es una escultura sin cabeza. Me explicó Giulia que, en el ayuntamiento, había muchas en ese estado porque no se qué invasores, les rompían la cabeza convencidos de que en el interior de las mismas se escondían los tesoros. Supongo que esta del Castillo sufrió el mismo problema, pero esto ya es de mi cosecha.

El paseo por los jardines mereció la pena. Había zonas cerradas al público que se adentraban en preciosos bosques. La vegetación inundaba de sombras todos los rincones. Árboles inmensamente grandes, de cientos de años, que no han visto llover ni "ná"...

La parte de patio que más me gustó fue esta de la foto. Tan rústico, tan marcado por el estilo de antaño, con un aspecto en algunos rincones casi fantasmal, cuidado pero al mismo tiempo con cierto aire de abandono, una mezcla que me resulta difícil definir porque era el lugar en sí el que me trasmitía "vibraciones", sensaciones al espíritu más que deslumbramiento a la vista. Para no liaros, este rincón me inspiraba, me movía poemas en el alma, no sé muy bien porqué, pero supongo que será porque hay sitios que nos llaman de algún modo, y otros que no nos dicen nada a pesar de que a otros les dice todo, por eso la frase esa de "para gustos, colores".

2 comentarios:

Aniwiki dijo...

Me ha gustado mucho :) Yo también pienso que hay lugares que nos atraen más que otros y no tiene porque ser que sean más o menos conocidos. Las fotos son muy chulis también.
Saluwikis y a ver si nos vemos prontico, aunque yo el domingo imposible y el sábado que si que puedo tu no puedes no? Bueno a ver si lo conseguimos y podemos encontrar un día sino pues si no puedo ir ya me enteraré por las super entradas que haréis :)

Lorena dijo...

Aniwiki: Gracias Aniwiki. ¡Qué pena que no puedas venir!, ¡con las ganas que tengo de conocerte!. Bueno, yo el sábado imposible, sólo puedo el domingo, pero en septiembre hemos de hacer bookcrossing en la tomaca, ¿no?. Quedaremos y vamos un sábado, hablaré con Birgit para que nos espere y así de paso nos conocemos. Un abrazote!!