miércoles, 14 de diciembre de 2011

VOLVER A EMPEZAR.

El nuevo blog, más de terapia que de otra cosa...
Aquí.

jueves, 24 de noviembre de 2011

COLORIN COLORADO ESTE CUENTO...

Se ha terminado. De momento. Volveré seguro, pero no sé si será en este blog o en uno nuevo, en un renacer. Gracias a todos por vuestros mensajes, siento no poder responderos personalmente, lo haré a su debido tiempo, porque todo tiene un proceso. No puedo daros una explicación, no por ahora, cuando regrese lo sabréis, aquí o en otro lado del que ya os informaré. Gracias de nuevo por estar ahí, al otro lado del telón.

martes, 22 de noviembre de 2011

MIRADOR DE PEÑAS BLANCAS, (VALENCIA).


Dejamos el coche en el taller de un pueblo que se llama Villargordo del Cabriel, y nos fuimos de excursión. Hace unos años, se averió en la autovía justo a la altura de este pueblo y de un taller mecánico que desde aquel momento nos tiene como clientes, así que, tras el tute que le pegamos en Escocia, había que hacerle unos arreglillos, y mientras, nosotros aprovechamos para perdernos por el monte.

Nos recomendaron la visita al mirador de Peñas Blancas e iniciamos el camino siguiendo una antigua carretera, ya en desuso, que me recordaba a las de mi infancia, cuando íbamos a Cáceres en un dos caballos y el viaje se hacía eterno.

Y es que parecía que el tiempo no hubiera pasado, porque esta carretera mantiene señales que ya no se ven, quitamiedos de hormigón, carteles informativos que se oxidan por el paso del tiempo y aún la hacen más interesante. Comprende un tramo de las cuestas de contreras, y tiene unas curvas cerradísimas que en coche tienen que provocar un mareo del carajo...

Visitamos una antigua torre de telégrafos, algo que me pareció muy interesante. Resulta que hay un montón de estas torres en línea, hasta que llegas a Valencia cada 15 kilómetros de distancia se ven los restos de algunas de ellas. Como llevar los mensajes sobre un caballo o andando, era muy costoso en tiempo, recurrieron a este invento. Mediante diversas señales por medio de un mecanismo operado por personas(había tres, uno de ellos aprendiz), las torres, en cadena, repetían el mensaje de la anterior. Eran mensajes encriptados y normalmente relacionados con algo del gobierno. Los operadores no conocían el contenido del mensaje. Vivían allí, armados, porque manejaban información muy importante, y si se escacharraba el sistema, mandaban al aprendiz andando, escopeta en mano, a dar el mensaje a la torre siguiente.


Camino del mirador, paramos en una fuente que anunciaba una de las señales. Tuvimos que coger un desvio a la derecha, pero pensamos que podía ser interesante. Alrededor de estas fuentes, a veces, se encuentran muchos animalitos, algún charquito con ranas o renacuajos, muchos pajaritos que bajan a beber...pero la fuente estaba medio seca y no tuvimos mucha suerte, eso sí, nos sentamos un rato a disfrutar de todos los sonidos que nos envolvían.


Y llegamos al mirador. Es un punto donde termina el sendero y tiene unas excelentes vistas de las inmediaciones.

Ahí podeis ver Contreras.

¡Prueba superada!, ¡premio!.

Y en esta explanada, comimos, leimos y dormimos una siesta maravillosa, relajante, tirados en el suelo, sintiendo la tierra latir bajo nuestros cuerpos. Las maravillas de la naturaleza, que tiene unas vibraciones y una energía que te dejan como nuevo/a. Nos costó un poco ponernos de nuevo en marcha y regresar al pueblo.

Esta foto no pude evitar hacerla, y es que yo siempre tengo una broma con Pedro caa vez que pasamos por aquí y leemos el nombre de "Villargordo del Cabriel", así que quizás estas fotos no os sugieran nada, pero a nosotros sí, por eso las pongo.


Nos reímos mucho de la imagen de Pedro durmiendo en un banco en la plaza del pueblo. Yo me puse en el punto opuesto porque le anuncié que no le conocía, y es que en un pueblo tan chiquito, esto de acostarse a dormir en un banco es toda una extravagancia. La gente pasaba y las caras eran un poema, algunos cruzaban la acera. Tras su segunda siesta, grabamos unos videos divertidísimos con un Pedro muy inspirado como protagonista. Nos reímos muchísimo, la verdad, y para terminar el día, fuimos a recoger el coche y como aún no estaba, nos pasamos unos minutos entretenidísimos viendo las cosas extrañas que hacían una banda de pajaritos. Un día redondo, sin duda.

sábado, 19 de noviembre de 2011

TEMPLO BUDISTA DE PANILLO.


Automáticamente la serenidad te invade. Sonaba música relajante a lo lejos. Un refugio espiritual transmite siempre buenas vibraciones. Rodeado de naturaleza, este templo budista empezó su andadura en 1984, imaginar lo que debió chocar a la comarca la llegada de una congregación budista. Estás en Huesca pero te sientes en el Tibet. La verdad es que aluciné un poco, es raro encontrarse con una edificación así en esta España nuestra, pero disfruté muchísimo.

Me gusta el budismo, aunque no soy budista, eso sí, algo de influencia tengo en mis ideas sobre el mundo. Tengo unas cartas de meditación budista con las que "juego" todas las semanas. Elijo una al azar e intento aplicar lo que me dice, ¡y no es tarea fácil!. Son preciosas e invitan a cambiar actitudes negativas.

El caso es que, en este lugar que se construyó gracias a que una budista francesa cedió los terrenos, yo estaba en la gloria, paz, paz, paz...y me hubiera quedado una semanita meditando, comiendo lechugas, levantándome a las cuatro de la mañana, escuchando los timbales y lo que hubiera hecho falta, seguro que eso es una "cura" del alma, toda una experiencia que no descarto probar un día, ¿quién sabe?.
Los monjes estaban reunidos, se les escuchaba cantar, alguno pasó por allí vestido con su túnica, pero en general, en el lugar había un silencio que supongo que fue en su día el motivo principal por el que se eligió este sitio para ubicar el centro.

Todo el templo Vajrayana Dag Shang Kagyu, está lleno de símbolos. Para empezar está orientado geográficamente hacía el sur. En la cúpula hay trece anillos, simbolizan los diez poderes y las tres atenciones esenciales de un Buda. En lo alto, una especie de sombrilla con el sol y la luna, símbolos de la eliminación de los sufrimientos y el resplandor de las miles de luces de la compasión. En lo más alto hay una especie de joya que representa la realización de todos los deseos.

Me compré unos nudos budistas. Los hacen los monjes mientras dicen unas oraciones, y son de protección, no sé de qué, pero por si acaso yo ando con mis nudos bien cerca. También me autoregalé un mini-santuario portátil donde está el buda del amor y de la compasión.

Pedro tuvo su regalo sorpresa, una cajita que emite un sonido relajante con un pequeño Buda en su interior, y dos oraciones. Os dejo los mantras que le he puesto en su mesita de noche para que no se le olviden las enseñanzas que transmiten.

Un mantra es un instrumento para liberar la mente del flujo constante de pensamientos que la confunden. Puede ser una sílaba, una palabra, una frase, que al ser recitado y repetido va llevando a la persona a un estado de profunda concentración. Tengo música de mantras de Deva Premal que os recomiendo y os pongo al final del post uno de mis mantras preferidos. Es una canción que suelo escuchar cuando practico yoga, la tarareo y produce una vibración como el famoso OM que te invade y te centra en el ahora.
OM MUNI MUNI MAHAMUNI SHAKYAMUNI YE SVAHA.
"Todas las cosas poseen la naturaleza de la mente. La mente es la que manda y toma iniciativas. Si la mente es clara, cualquier cosa que hagamos o digamos nos traerá felicidad que nos seguirá como nuestra sombra."

"Al ver la libertad como intrínseca de nuestro ser, descubrimos que somos forjadores de nuestra propia vida. Todas las posibilidades están a nuestro alcance, y nuestras opciones son ilimitadas. Cuando poseemos este conocimiento, el espacio se abre en oportunidades sin fin y el tiempo nos brinda infinitas posibilidades de cambio."

viernes, 18 de noviembre de 2011

GRAUS.


La última noche en la casa rural, encendieron la chimenea. Es fantástica la sensación de calidez, de hogar, que aporta el fuego cuando luce su esplendor en la chimenea de un salón. Como llegamos pronto, me senté un rato al lado y me quedé embelesada mirándolo. Es hechizante ver la llama, subir, bajar, con ese sonido tan peculiar que es algo "crujiente", mientras lo que un día fue el sostén de un árbol, se consume, se reduce a cenizas.

Graus es un pueblo en el que paramos en nuestro viaje de regreso. Está presidido por la basílica de la virgen de la Peña, que tiene su origen en el románico. Pero antes de subir a visitarla, un hombre insistió en que pasáramos a ver la plaza Mayor, así que, mientras íbamos en su busca, paseamos por las calles de Graus donde descubrimos sus casas, auténticas, con esa esencia, ese sabor de pueblo tan especial que sólo se encuentra en lugares así. Descubrimos, entre otras, la casa de Torquemada y de San Vicente Ferrer, ¡vaya combinación!.

La Plaza Mayor es preciosa, a la vista está. Las casas se levantan sobre soportales. Es el lugar donde está el ayuntamiento y también destacan las pinturas de las fachadas. Dos de estas casas "pintadas", pertenecieron a la familia Heredia y a un Barón. La familia Heredia estaba muy relacionada con el mundo agrícola y con la naturaleza pirenaica.

El caso es que, si un día pasais por Graus, merece la pena dar una vueltecita por sus calles y sobre todo, por la Plaza Mayor, que sólo teneis que ver en las fotos lo bonita que es. A mi, me pareció muy curiosa, muy original.



Y Graus tiene sus leyendas, como todos los sitios, y sus amantes. La foto que veis arriba es de la tumba de dos de esos amantes que descansan juntos en una cuesta que sube a la basílica de la virgen de Peña.

Arriba teneis al Ardorin, que estaba más que inspirado en este viaje, haciendo publicidad, a ver si le contrata la marca en cuestión y lo vemos por la tele, que ya veis que bien lo hace...


La entrada a la basílica es un pasillo largo, con arcos en un lateral y con un púlpito en forma de balcón que mira hacía el pueblo y dicen que es el que usaba San Vicente Ferrer. El caso es para acceder a la iglesia has de pasar por este pasillo, con los suelos en piedra y con unas vistas preciosas sobre el pueblo.



Ahí estoy asomada a un ventanuco para ver la pequeña ermita que hay justo enfrente de la puerta principal de la iglesia.

La iglesia estaba vacía, ¡lo que me gustan a mi las iglesias vacías!, porque pienso que es precisamente cuando más llenas están. Tienen un silencio muy especial, que a mi me provoca cosquillas en la barriga. Me encanta sentarme en un sitio así, donde se perciben tantas sensaciones, hay como mucha energía flotando en el aire, y si la iglesia tiene sus añitos, aún se nota más.


Para terminar os dejo unas fotitos del patio de entrada a la basílica y de alguna de las callecitas de Graus. Espero que os guste tanto como me gustó a mi.





martes, 15 de noviembre de 2011

EL ESCONJURADOR DE ASÍN.


¿Cuántos saben lo que es un esconjuradero?, porque yo hasta que no llegué a este pequeño y tranquilísimo pueblo de Huesca, desconocía la existencia de algo semejante.
Para llegar a Asín de Broto, se sube por una carretera estrecha y con curvas que te lleva a lo alto de una colina, donde se encuentran ubicadas algunas casas, bastante separadas unas de otras, y un edificio muy singular. Podría pasar desapercibido, una podría atravesar los arcos de entrada y acercarse hasta la puerta de la iglesia sin pararse a pensar en que aquel pórtico que te recibe es un esconjuradero.

Este edificio singular, antes era muy importante, en los tiempos en los que todo el mundo dependía de la agricultura, tenía, principalmente, dos funciones: La primera, ahuyentar las tormentas, la segunda bendecir el inicio de las cosechas. Formaba parte de las creencias populares de antaño, cuando se temía que todo lo que venía del cielo era un castigo por los actos humanos, la ira de los dioses.

La mayoría de los esconjuradores, se encuentran en la zona de pirineos y tienen forma cuadrada, pero el de Asín de Broto es rectangular, el porqué de esta característica que lo hace diferente no se sabe. Muchos son los que han tratado de averiguarlo sin obtener resultados claros al respecto. Otra característica de estos edificios es que tienen cuatro ventanas de medio arco orientadas hacía los cuatro puntos cardinales.

En un rincón del esconjurador, hay una pequeña pila de agua bendita, pues bien, al parecer en ella no había agua, sino arena. Cuentan que el cura cogía puñados de arena y los lanzaba hacía el lugar donde venía la tormenta para esconjurarla.

Aunque su función principal era ahuyentar tormentas, también tenía la tétrica misión de acoger a "pecadores/as" fallecidos que hubieran cometido alguna falta grave, antes de pasarlos a la iglesia.

Hacía también la función de depósito de cadáveres para aquellos que hubieran muerto en el monte o fuera de casa sin tener claras las causas. Primero tenía que pasar por el esconjurador para ser "esconjurado", limpiar su alma, vaya, antes de pasar a recibir una misa y al camposanto.

Cuando se divisaba en el horizonte la posibilidad de que cayera una tormenta, el cura tocaba las campanas, el pueblo acudía, y allí, en latín, se iniciaba la ceremonia. En otras ocasiones se buscaba ahuyentar plagas e incluso demonios.

Esto es todo lo que os puedo contar de esta antesala a la iglesia de Asín. Me pareció muy interesante y creo que ya no se me olvida lo que es un esconjurador.