martes, 1 de febrero de 2011

CUENTOS DE HADAS.


Hoy me he despertado pensando en un bosque secreto que visitamos hace un par de años. Un bosque de agua, con techo, con sombras y con setas de David el gnomo. Un bosque escondido, que pocas personas han tenido la suerte de visitar, que parece privado, que permanece vallado, cerrado, y sin embargo, está ahí para ser disfrutado por aquellos que conozcan su existencia.
Se nos reveló el misterio, se abrieron sus puertas para permitir nuestra entrada, y lo disfrutamos. Saltamos pequeños arroyos, dimos un largo paseo, nos embrujamos con sus rincones de una belleza descomunal, mientras del cielo, el otoño hacía volar lentas las hojas de los árboles que aterrizaban enmedio de un baile de un belleza indescriptible, formando círculos y lentamente, con una velocidad perfectamente calculada. Crujían nuestros pasos, nos abrigaban las ramas de esos seres gigantes, los grandes colosos del reino vegetal, los árboles que calman con su energía invisible a los espíritus más alborotados.

"Hablar de la Naturaleza, es hablar de la grandeza de la creación.
Observarla, es aprender a vivir.
Admirarla, es sublimar el alma". Neus Alfaro.

2 comentarios:

Cominolas dijo...

Estoy deacuerdo con Neus Alfaro, el otro día estuve el el Barranc dels Horts y cuando observas esos robles centenarios vienen a tu mente muchas cosas y empiezas a tomar conciencia de lo fugaz que es nuestro paso por este mundo.

Lorena dijo...

Cominolas: Fugaz, y además, cobras consciencia de que somos tan solo un punto más, frágiles como el cristal. Besines!!