SURREY(INGLATERRA).

Llegamos a Surrey donde nos esperaban, en un precioso pueblo, Nieves y Fernando, mi primo, que hace tres años que se mudó de país. Nos cuidaron de maravilla, y a pesar de que solo estuvimos un par de días allí, el tiempo pareció estirarse y dió paso a un montón de visitas a lugares nuevos que nos encantó conocer. ¡Mil gracias a los dos!.

Las fresas, los pasteles, las manualidades, las fotos que veis, son todas de un colegio que organizó una especie de encuentro benéfico con el fin de recaudar fondos y mejorar así la preparación de todos los niños especiales que acuden allí a estudiar. No sólo había comida, también un montón de actividades e ideas originales y divertidas en las que participar, como por ejemplo: un lienzo dividido en cuadritos, (pintar un cuadrito costaba una libra), juegos malabares, minitómbolas, venta de libros y objetos de segunda mano, en fin, un montón de cosas curiosas de las que disfrutamos durante toda la mañana. Nos encantó la experiencia y fue una perfecta primera inmersión en el inglés.

La artesania y camisetas las habían hecho los niños. Nosotros compramos una hoja que ahora no sabemos donde colocar, pero bueno, queríamos poner nuestro granito de arena en este proyecto. La hoja en cuestión la podeis ver en la foto de arriba, detrás de un cenicero amarillo y azul.

Un juego muy divertido el de abajo, pagabas 50 "pence" y ganabas 10 "pounds" si batías el record. Una señora muy simpática te daba un minuto de tiempo para hacer parejas de botones y quien más conseguía hacer era el dueño de las diez libras.

Ahí me teneis, concentrada en superar el record que había conseguido alguien de 27 botones emparejados, y ¡cha chaaaaammmm!, ¿adivinais cuantas parejas hice?, ¡31!, así que durante unos minutos, fui la "champion", claro que, no tardé mucho en quedarme la segunda de la lista porque alguien superó mi número. Fue muy divertido.

Nos acordamos del de la chaqueta roja y, como veis, ya tiene sus primeros regalos solidarios. Están hechos a mano, y en cuanto los vimos, tuvimos claro que nos iban a acompañar en la aventura de viajar, ahora ya están en su sitio, esperando el día en que alguien les de los apretujones correspondientes.