miércoles, 24 de agosto de 2011

STIRLING.


Salimos de Edimburgo y en mi interior sentía que lo mejor estaba por llegar, que el viaje comenzaba a ponerse emocionante. La ciudad está bien, pero el futuro inmediato se nos presentaba rodeado de extensos terrenos cubiertos de mantos verdes, de lluvia, de vientos viajando igual que nosotros o en sentido opuesto, de bosques y acantilados. Nos quedaban muchos días por delante y teníamos pendiente la visita a un montón de sitios que me hacían especial ilusión.

Sin embargo, hasta llegar a todos esos sitios que imaginaba de ensueño, y teniendo en cuenta que el viaje era en coche, había algunas paradas casi obligatorias, primero por descanso, y segundo, por turisteo. Una de ellas fue Stirling donde acudimos directos a visitar el castillo, con las entradas compradas de antemano y para quien lo haga como nosotros, la hora de llegada al mismo es orientativa.

Dicen que Stirling es "un broche enorme que une las tierras altas y las bajas". Este fue escenario de primera línea entre las numerosas batallas que tuvieron lugar entre ingleses y escoceses.
Fue en este lugar donde la reina Maria Estuardo fue coronada con 10 meses de edad, y en el castillo concretamente, se crió su hijo.

En la guerra de la independencia fue atacado constantemente, destruido y levantado también de manera continuada, y ahí lo tenemos, aunque todo lo que hoy conocemos como el Castillo de Stirling data del siglo XV en adelante, sigue estando en pie, pese a que han llovido muchos años sobre sus piedras.

El castillo me gustó bastante más que el de Edimburgo, sin menospreciar este último, pero debo decir que me pareció más ameno, repleto de curiosidades e historietas, y claro está, con su palacio real que te permite imaginar con facilidad las comilonas, fiestas, aposentos personales de reyes, princesas y demás miembros de la corte. De hecho, está considerado como uno de los grandes castillo que hay en Escocia.

El pueblo de Stirling conserva en su casco antiguo las murallas originales que fueron construidas en el siglo XVI con el objetivo de mantener a salvo de Enrique VIII a María, reina de Escocia.

La parte de los aposentos reales está ambientada con actores que hablan y visten como en la época, para ponerte en situación y contar un poco los acontecimientos ocurridos en cada una de las salas.

Las Stirlings heads son unos medallones renacentistas que decoran los sobrios techos reales y representan 38 figuras de al parecer miembros de la corte real de la época.

El patio central, donde entraban los caballeros luciendo espada y capa sobre los Rocinantes de la época, enormes, bastante más que los de ahora.

En el castillo aparecieron los cadáveres enterrados de un hombre y una mujer, ambos eran muy corpulentos, musculados. Se cree que fueron asesinados por las heridas que presentaban sus esqueletos, concretamente en el cráneo. Por la constitución y la época en la que se data la vida de esta pareja, se piensa que ambos, eran guerreros.

Las vistas son extensas. El pueblo se contruyó alrededor de la colina donde está ubicado el castillo que roza el horizonte.



La cocina está reproducida con maniquís que te dan una idea clara de la cantidad de alimentos de los que disponían, una enorme variedad de carnes, pescados y mariscos, verduras, pastas y pan. También muchas piezas de caza.

Fuimos a visitar Argyll´s Lodging, las entradas se compran también por internet junto con las del castillo, y en esta ocasión, la hora indicada es exacta puesto que la visita es guiada.

Se trata de una casa torre del Siglo XVII que es la mejor conservada de Escocia. Lo de arriba es el retrete de la duquesa, a juego con las colchas y cortinas de su habitación.

En ella vivieron los duques de Argyll y está especialmente diseñada para impresionar. Nos explicaron todos los trucos utilizados para que la casa pareciera ostentosa desde que se atravesaba su puerta, y así es, empezando por la escalera de madera, muy ancha para albergar las faldas femeninas de la época, pero también para impresionar a todos los visitantes.

En la Iglesia de Holy Rude, junto al cementerio, tuvo lugar la coronación de la reina Maria.

4 comentarios:

Silvia - Desenredando el hilo rojo dijo...

¡A mí también me gustó muchísimo más el de Stirling que el de Edimburgo! Besotes y sigue contando... que me encanta!!

Lorena dijo...

Silvia: Sí, hija, es que con tanto una al final acaba loca, y el de Edimburgo era demasiado "guerrero" para mi gusto. Sigo, sigo, que aún me queda un trecho y me gusta escribirlo para poder recordarlo cuando se me olviden los pequeños detalles. Besines!!

Paulittta dijo...

Si que es bonito este castillo, más que el otro. Fuistéis al palacio real de Edimburgo? Es más bonito que el castillo pero tampoco se pasa demasiado jeje Eso sí, los jardines son magníficos!!
Otra ciudad a la que visitar!!

bessiss

Lorena dijo...

Paulitta: Me gustó más el de Stirling. El Palacio lo vimos pero no fuimos, tuvimos que elegir porque sólo estuvimos dos días y nosotros nos tomamos con tanta calma las visitas que lo que se quede sin ver lo dejamos para otra. Vaya empapada de blog que te has hecho hoy. Besotes!!