viernes, 11 de noviembre de 2011

JÁNOVAS.


El lugar donde naces y creces, te acompaña. Te gustará más o menos, serás capaz de ser objetivo, ver lo bonito y lo feo, a veces, te podrán sacar de quicio algunas de sus costumbres o podrás pensar que vivir en cualquier otro lugar no te importaría. Pero ese sitio, es el rincón del mundo donde vistes la luz por primera vez, tiene mucho que ver con lo que eres, guarda tus recuerdos, esconde en sus rincones el eco de tus risas cuando eras un niño y jugabas en la calle al sambori, a las chapas o canicas, a las muñecas, a piedra, papel o tijera...
El lugar donde naciste, te es familiar, forma parte de ti mismo, y debe de ser desgarrador que te arranquen por la fuerza de todo aquello que conoces, de tu casa, de tus árboles, de las calles que transitas, de las caras familiares de los vecinos. Uno, tiene que elegir marcharse, por voluntad propia, porque tenga inquietudes, ganas de aventura, o necesidades de cualquier tipo, pero cuando te echan a patadas de tu rincón del mundo, cuando te dicen que lo van a hacer desaparecer para siempre bajo las aguas y te acosan sin tregua durante años para que abandones, eso debe de ser tremendamente doloroso, porque pierdes tu territorio, todo lo que te es conocido, todo lo que contiene tu corazón.

Jánovas es uno de tantos pueblos víctima de los intereses económicos del gobierno y de grandes empresas. Un pueblo que fue dramáticamente elegido para convertirse en pantano. Sus habitantes se aferraron con todas sus fuerzas a su mundo, a los muros que formaban su hogar, mientras que eran víctimas del acoso y derribo con dinamita de las casas de aquellos que no habían podido resistir tanta presión. Los que se mantuvieron firmes, sufrieron una persecución, y cuentan, que un día, alguien entró en el colegio para sacar a patadas a la profesora que daba clases en ese momento, y ahí, terminó la andanza, un lugar sin escuela rodeado de casas que volaban por los aires se convierte en inhabitable, así que, se tuvieron que ir, a la fuerza, dejar atrás su rincón del mundo, con lágrimas, seguramente girando la cabeza para ver como se hacía pequeñito a sus espaldas.
Sigue la lucha de Jánovas por recuperar todo lo que les arrebataron. El pantano no se hizo, el pueblo se resiste a caer en el olvido, aún mantiene su campanario en pie, sus casas semiruinosas, y la dignidad por lo alto. Los vecinos que aún viven, se ven respaldados por las nuevas generaciones, porque los descendientes siguen la batalla por recuperar lo que quitaron a sus padres o abuelos.
Así que hoy, dedico el post a todas esas personas que fueron arrancadas a la fuerza del lugar donde crecieron y que siguen luchando para que no se olvide que la memoria está latente, y que podrán arrebatarte el mundo entero, pero jamás podrán apropiarse de tus recuerdos.

4 comentarios:

Daniel dijo...

Nosotros estuvimos paseando por las calles de Jánovas a finales de Agosto en unos días de relax que estuvimos en la zona. Una pena ver un pueblo que podría haber sido un gran nucleo de población, a la entrada hay un merendero para los que visitan las ruinas. Da pena y rabia saber cómo echaron a sus gentes.

Lorena dijo...

Daniel PV: Pienso lo mismo, que da mucha pena ver un pueblo cayéndose a trozos, en una zona tan bonita, mientras sus gentes siguen luchando por recuperarlo. No llegamos a bajar, lo vimos desde la carretera, pero con Jánovas tenemos pendiente una visita, quizás un picnic en el merendero del que me hablas. Gracias por el comentario y ¡bienvenido al blog!

Daniel dijo...

¿bienvenido? Lorena soy FrAnKy ;) ¿ alzheimer a tu edad? :P

Besotes

Lorena dijo...

Franky: Ays, ¡yo que sé!, leo Daniel PV, ¡y mira que lo pensé!, pero después me dije que si eras tu hubieras firmado com Franky, mira por donde me equivoqué. Besitos y gracias por los mensajitos!!!