domingo, 12 de septiembre de 2010

TEIXO.


Teixo no vive en el Centro Lobo de Malveira, aunque sea responsabilidad de ellos. Junto al territorio del grupo lobo, se encuentra el parque natural de Tapada de Mafra.
Me entusiasmaba el momento en el que las puertas del parque se abrían para nosotros, porque al traspasarlas, el paisaje era completamente diferente, era como cambiar de país para ver desfilar antes tus ojos nuevas tonalidades que nos dibujaban a todos, en general, una sonrisa.

Los primeros animales que solíamos encontrarnos eran jabalíes y gamos, pero en el parque había, además, venados, jinetas, tejones, zorros..., junto a una gran variedad de anfibios y de aves.
Cuando pasábamos al parque, me invadía una serenidad absoluta. Se paraban los pensamientos, y llegaba la paz. Sin palabras luchando por salir al exterior, se alcanza la mejor de las meditaciones, aquella en la que la mente parece dormida y el cuerpo sólo se preocupa de inundarse de las sensaciones que el entorno ofrece. Un respiro de aire limpio, una caricia del pelo en la cara cuando es movido por la brisa, la música celestial que llega desde las ramas de los árboles, el traqueteo del jeep que nos concentraba a todos en mantenernos bien sujetos para no ir a parar donde Cristo perdió el gorro...sensación de libertad, casi como cuando se viaja en moto, diría que incluso mejor. Es un lujazo sentir que eres libre como el viento, que nada te ata, que cuelgas de una nube, que la naturaleza te llena el alma de energía. Así fue como, de golpe y porrazo, acepté las cosas que no puedo cambiar para poder seguir, de este modo, avanzando. De Tapada me llevé la magia que flota en el aire y dejé allí mi cambio de piel, como las serpientes, que necesitan la muda para seguir viviendo, y es la señal de que están creciendo.

Lo de ir en la parte trasera del jeep, a mí me resultaba un lujo para los sentidos, especialmente para la vista, porque yendo de pie no se perdía detalle de la panorámica. Hasta llegar a la zona de Teixo, pasábamos unos minutos atravesando el parque y viendo las ranitas saltar al interior de los estanques a nuestro paso, alguna tortuga tomando el sol, y muchos gamos corriendo como locos para pararse de vez en cuando a observarnos con curiosidad, y de nuevo arrancar a correr.

Disfruté mucho con Carlos, que me hablaba de África, su país natal, donde vivió hasta que cumplió quince años. Me reí mucho con la anécdota de su abuela, absolutamente entrañable, que estaba convencida de que su nieto era negro porque había nacido en África; la mujer no entendía de genes, porque los padres de Carlos son portugueses y ambos son blancos, así que, cuando lo vió por primera vez con quince años de edad, aquella mujer que esperaba un morenito, no veía en Carlos al nieto africano por ningún lado.
Me contaba Carlos, que Tapada, le recordaba muchísimo los paisajes de su infancia, los paisajes africanos, así que, por momentos, allá que me iba escuchando sus descripciones, casi me parecía ver masais y todo...porque yo es que soy un poco como Félix, que decía que siempre había sido un soñador, pues, ¡hala!, ¡ya somos dos!. Sin soñar, sería imposible volar. Sin soñar, andaríamos ya, medio muertos.

Al llegar a la zona de Teixo, es fácil ver su silueta a lo lejos, yendo y viniendo, esperándonos, porque sabe que vamos a ir y no con las manos vacías. Era habitual verle andar sigilosamente, escondiéndose tras los arbustos para observarnos sin perder detalle. En ocasiones, se aventuraba a salir y corría hasta el siguiente escondite. Otras veces se acercaba para, de golpe y porrazo, alejarse, y otras nos sorprendía tomando más confianza de la habitual y permaneciendo quieto en un lugar cercano a nosotros, mientras entrábamos en su territorio para asegurarnos de que sus recipientes de agua estaban en perfectas condiciones de limpieza para rellenarlos de nuevo.

Teixo nació en 1996 en el IWRC. Su compañera murió pocos días después de ser trasladada junto con él a Tapada. Resulta, que en el 2005, el fuego arrasó el parque natural y llegó hasta el centro lobo. Los lobos tuvieron que ser trasladados a otro lugar. Lo pasaron muy mal todos, porque como sus instalaciones son tan grandes, estaban muy bien escondidos y fue muy difícil localizarlos para dormirles con un dardo tranquilizante. Tres de ellos murieron del estrés y del humo. Fue un mal momento para todos los cuidadores, y también para los lobos.

El lobo estaba considerado para los indios un magnifico signo, protector, buen cazador, sabio, independiente, con valor y cierto toque misterioso. Era un animal sagrado y muchas tribus llamaban "lobo" a su clan, incluso algunos tenían como nombre propio, Lobo.
En Alaska, los lobos salían a relucir en muchísimas ocasiones. Los Yupi´k, una tribu esquimal, me contaban que, cuando los alces se adentraban en el pueblo, era porque los lobos andaban cerca. No dudaban en matar a cualquier lobo que se les cruzara en el camino, porque ellos piensan que un animal que se te cruza, se te ofrece. Lo mataban exclusivamente por la piel, porque la carne del lobo según me dijeron era demasiado dura. Hubo un nativo que me llevó a su casa y colocó una piel de lobo en mis manos, una piel blanca que había sido arrancada de una manera brutal, que prefiero no explicar. Tenía esa piel en mis manos, y me parecía ver la nieve cubierta de sangre, manchada de rojo por un cuerpo despellejado y abandonado. Me decían que para el frío, la mejor piel era la del lobo, y por eso les matan. Me acordé de una leyenda amerindia que cuenta que si uno ve un lobo blanco, dicho animal ha sido enviado para protegerle. Espero que ese lobo blanco se cruce un día en mi camino, pero corriendo y deslumbrándome con toda esa belleza innata que tienen los lobos.

3 comentarios:

carmen dijo...

Lorena, que experiencia tan bonita, no me canso de decirtelo, además como lo cuentas tan didáctico hasta lo vivo un poco, sigue disfrutando de la naturaleza y de paso nos lo cuentas.
Un besico.

Alicia dijo...

hola! hoy también he estado en la zona de Teixo un ratito! Qué fotos más bonitas, de verdad que he estado hasta contigo de pie en el jeep! jeje... bueno, voy a ponerme a la faena que estoy en Suecia, no en Portugal. feliz semana!

Lorena dijo...

Carmen: ¡Gracias Carmen!, de eso se trata, de que la gente aprenda de los lobos, que tienen mucho que mostrar al mundo y durante demasiados años han sido condenados y exterminados. Me gusta mucho que estés disfrutándolo, eso me anima a seguir compartiendo estos momentos tan bonitos que he vivido. Un besote guapetona!!
Alicia: ¿Y qué tal en la zona de Teixo?, es bonito verlo correr, ¿eh?. Has hecho muy bien en viajar a Portugal y darte un paseito por Tapada de Mafra, ¡hay que volar Alicia!, disfruta de Suecia que tampoco tiene desperdicio. Besets y gracias!!