sábado, 11 de septiembre de 2010

DOURO.


El momento de ir a alimentar a los lobos, era el que más nos entusiasmaba a los voluntarios, porque era una garantía de que ibas a verlos casi con toda probabilidad. Una tarea realmente preciosa, en la que nadie dudaba en implicarse.
Llegaba la carne a primera hora de la mañana, y empezaba la preparación. Cada lobo tiene una cantidad asignada. Suelen comer cada dos o tres días y una media de dos a tres kilos de carne por lobo, variando esta cantidad de acuerdo a la constitución de cada uno de ellos. En libertad, según he podido leer, pueden consumir hasta nueve kilos de carne de un tirón, porque es posible que pasen días e incluso semanas, sin que la manada pueda volver a alimentarse.

Para no confundir la comida de cada uno de los lobos, organizábamos los cubos, marcados con sus nombres, en el orden de la lista que seguíamos, donde se detallaba el tipo de carne y la cantidad. La mayoría comen vaca, excepto uno que come pollo y un par que comen carne sin huesos porque están viejitos, entre ellos, Douro.

Tras pesar la carne y distribuirla en los diferentes cubos, un par de voluntarios la preparaba para que otro par pudiera esconder la medicación en el interior. Si tenía que elegir, prefería cortar carne a esconder pastillas para despistar la inteligencia lobuna, que es importante. Tener en cuenta, que su cerebro es, aproximadamente, un 30% más grande que el de los perros, ¡y son muy astutos!.

Decía Félix: "He sentido siempre auténtica preferencia, entre todos los animales, por el lobo. He hecho campañas para su protección, algunas de las cuales han sido mal interpretadas y me han ocasionado críticas acerbas".
Esta pasión por los lobos le causó más de un quebradero de cabeza, pero luchó y lo hizo con tanto entusiasmo que, sin duda alguna, gracias a sus persistencia, este hermoso animal ha conseguido sobrevivir hasta el día de hoy, pese a que se lo seguimos poniendo difícil, y todavía se pone en duda su importancia en el ecosistema. Para que veais que la naturaleza es un todo, una cadena, y nadie sobra, os diré que en el parque nacional de Yellowstone se reintrodujo el lobo en el año 1995. Desde entonces, con las manadas que se han ido formando, la población desmedida de alces se ha regulado, esto ha permitido recuperar árboles, así que han regresado los castores, y los restos de las presas que matan los lobos, han hecho que regresen carroñeros como el cuervo o los osos. El papel del lobo es vital en el ecosistema. De hecho, cuando escucho que hay problemas con la población de jabalíes, me pregunto: "¿dónde están los lobos?", porque los lobos se merendarían a los jabalíes y, población controlada. Sin depredadores, la cadena se escacharra.

Después de la comilona, es difícil ver a los lobos. Se buscan un buen lugar para descansar y hacer la digestión. Eso sí, estoy segura de que no pierden detalle de todo lo que sucede a su alrededor.
A veces, no había manera de verlos, tampoco de oirlos, y sin embargo, los podía sentir. Sentía que estaban ahí, que sabían que yo, estaba también ahí, y que ocultos en algún lugar, tras los árboles o la maleza, sus hermosos ojos me miraban fijamente sin perder detalle de todos mis movimientos. Era inevitable sentirme observada, y curiosamente, me encantaba esa sensación.

Douro era el primero en comer, y procurábamos ir sólo una persona o dos hasta su instalación para evitar que se estresara. Es el más viejecito de todos los lobos del centro, ¡tiene quince años!, eso son muchos años para un lobo, teniendo en cuenta que en libertad suelen vivir entre siete y nueve.
Está sordo y ciego, es muy mayor, y su movilidad es reducida. Se adivina tan sólo con una rápida mirada, que fue un lobo impresionante.
Si soy sincera, la presencia de Douro me hacía sentir especialmente vulnerable. Me producía mucha ternura y evitaba acercarme a su instalación por esta razón, y también porque no quería que se sintiera amenazado al presentir la presencia de una desconocida cerca de él.

2 comentarios:

Alicia dijo...

Por qué les dáis medicinas? Están malitos? Besos

Lorena dijo...

Alicia: Nosotros decimos medicinas pero creo que son todo vitaminas. Es prescripción médica, el veterinario los tiene controlados, algunos son muy mayores y necesitan complementos. Besets!