jueves, 9 de junio de 2011

NUESTRAS VIDAS SON LOS RÍOS...


Empiezo el post con las "Coplas a la muerte de su padre", de Jorge Manrique. La copla tres me tocó en suerte en mis tiempos de instituto, me la sé de memoria, probablemente no fuera casualidad que me tocara a mi, el caso es que cuando me siento junto a un río, empiezo a recitar mentalmente esta copla, de ahí el título del post.

Muchos me han preguntado por el contenido del paquete que le preparé a Pedro por su cumpleaños. El paquete contenía cosas materiales y un sobre con un destino muy especial, ya os lo iré contando, así que, estos días, he andando cargándome el alma de nuevas experiencias, que es lo que me traigo cada vez que viajo, cosas que no se ven ni caben en la maleta.

El espíritu que nos impregna a todos, avanza en su camino trayendo en su crecimiento, nuevas oportunidades.
Me senté junto al río Matarraña, cuya agua caía con fuerza por un desnivel. Embriagada por la música que lanzaba al viento una pequeña cascada, absorta mi mirada en la espuma blanca, en las burbujas, en el fondo de las aguas cristalinas, me dediqué a la contemplación, a vivir con intensidad el presente que latía con fuerza, con vitalidad, recordándome lo que soy, gracias a lo que fui.

El croar de una rana que permanecía escondida de mi mirada, llamó mi atención, porque estaba allí, perdida entre los juncos, quizás sentada plácidamente sobre alguna hoja que soportaba su peso.
Busqué la presencia de las nutrias que, esquivas, salen a pasear y a chapotear, probablemente, cuando saben que no van a verse sorprendidas por la desagradable presencia de una humana como yo.

Sentada junto al río, vi correr el agua, moldeando con su caudal las piedras como los maestros canteros hacían antaño con rudimentarias herramientas. Me sentí parte del todo, pero al mismo tiempo, caía en la contradicción de que quizás estorbara mi silueta en ese paisaje, quizás lo menos natural que hubiera en ese entorno y en ese momento, fuera yo. Sin embargo, en la esencia sé que pertenezco a la madre naturaleza, en cuerpo, en alma, en el corazón.
El río corría, avanzaba por su cauce, sin prisa, sin pausa, mientras que yo, sentada junto a su orilla, observaba, aprendía, entendía que, como él, no puedo detenerme, tengo que crear mi propia senda, dejarme fluir, abrir la puerta a las oportunidades, continuar, continuar, continuar...hasta llegar al mar.

6 comentarios:

CUKA dijo...

Qué post más bonito Lorena! Me gusta mucho lo de dejarte llevar por la corriente y abrir las puertas a la vida... muy inspirador! Besets

Lorena dijo...

Cuka: Gracias Cuka, me alegra que te guste, un abrazote!!Besotes!

AL - El Amigo de los Animales dijo...

Qué maravilla de post, de lugar y de autora !! Chapó!
¿¿¿ Se puede expresar mejor lo que un@ llega a sentir al lado de un río, de una cascada, de un remanso de agua ????

AL leerlo pensé:
"No puede ser que haya leído lo que he leído...pero sí, ES"
.

Infinitas Gracias Lorena!
Esta lectura ha sido el broche perfecto que cierra este día.

Un fuerte abrazo !!!

Y también...en lo que canta un gallo, recibirás una sorpresa ;)

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*¡*¡*¡*FELICIDADES!*!*!*
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Lorena dijo...

Al: Este no es el sitio que te decía, ya lo verás en un par de post. Tienes que ir a verlo un día. Me alegro que te haya gustado, pero el sitio que te dije no es este, dos post más y lo ves. Besotes y ¡gracias!

www.masdebunyol.com dijo...

Hola Lorena, Estoy siguiéndote, me da mucha envidia (sana) que tengas este blog, tan "hacia dentro del alma", creo que yo también intentaré tener uno...Muy bonito tu relato a orillas del Matarraña...pero yo sé que como el cauce del río....continuará!
Loly

Lorena dijo...

MasdeBunyol: Loly, pues ¡anímate!, ahora en verano tendrás mucho trabajo pero en esos ratitos que estás más libre puedes escribir y contarnos esa vida tan maravillosa en el monte y con buitreman. Me ha hecho mucha ilusión tu comentario, mil gracias!!!.Besotes!