martes, 14 de junio de 2011

BECEITE.


Creo que es la cuarta o quinta vez que nuestras vidas tienen un cruce de caminos con este pueblo de Teruel. Un pueblo precioso, que para los amantes de la naturaleza ofrece numerosos atractivos, entre ellos, las preciosas excursiones senderistas que se pueden hacer. La última vez, visitamos "El Parrisal", que lo recomiendo sin lugar a dudas, siempre con un calzado que pueda mojarse porque el agua es una constante en el camino, ya que discurre junto al río Matarraña, pero aparte de este paseo de belleza excepcional, en Beceite, las rutas son muchas, y como algunas ya las conocíamos, en esta ocasión nos aventuramos a hacer algunas nuevas.
Arriba, una hoja repletita de mariquitas.

La Font de la Rabosa se encuentra dentro del mismo pueblo, ya que el río lo cruza. Es un rincón precioso, donde pudimos ver saltar a una pequeña rana para perderse entre los juncos. También vimos una pequeña charca con algún que otro renacuajo que me hizo recordar los cientos, o miles, que corrían por las aguas de la Font de les Santes, y con los que jugaba de niña.

En la Font de la Rabosa pasamos un rato muy agradable, mientras esperábamos que se nos hiciera la hora de ir a comer. El agua emitía su música particular, zen total, colapsaba nuestros sentidos, era un modo de relajación porque lo inundaba todo y facilitaba que la mente por unos segundos no pensara en nada, descansara, sin dispersarse.

En la puerta del restaurante llamó nuestra atención un ciclomotor del año catapum, con su música incorporada y todo, esto si que se puede decir que es "Made in Spain". ¿Era para hacerle foto o no?.

Como os decía antes, Beceite tiene algo que a mi me parece un lujo para un pueblo, el río, eso le da mucha vida, porque es lo que es el agua, vida. Abajo, podeis ver una pequeña cascada, de tantas como se pueden disfrutar por esta región. La foto la tomé desde el puente que facilita el acceso al pueblo.

El puente es muy antiguo y muy importante, teniendo en cuenta que es el que ha permitido la comunicación con el mundo exterior cuando el pueblo, en el pasado, ha sufrido alguna riada.

Como vereis, el sitio merece la pena, ya que no sólo el pueblo es bonito, sino que sus inmediaciones, no tienen desperdicio, sobre todo para los que como yo, encuentran en la naturaleza su lugar.

3 comentarios:

Montse dijo...

Que bonito!
Aunque no soy nada campestre, la ciudad es mi medio y me encanta. Me gustan muchísimo las cascadas y mas si son medianas tirando a pequeñas, también me gusta los tonos de verde que hay al rededor de ellas y me ha gustado en especial que nos enseñes este pueblo, porque una amiga tiene casa en ese pueblo y veranea allí. Me había hablado del pero no me había dicho que era tan bonito, sera que no quiere que haga de okupa.
La foto de la moto con el detalle musical es buenísima!

Lorena dijo...

Montse: Es un pueblo precioso con un entorno privilegiado, así que, bien merece una visita, aunque seas urbanita. Ya ves, yo soy todo lo contrario. Besines, ¡cuídate!

Moncho dijo...

Encantado de que visitéis mi pueblo y os guste.