jueves, 18 de noviembre de 2010

GUADALUPE.


Visita obligada y tradicional cuando andamos por estas tierras, es la de Guadalupe. Me chifla ir hasta allí y deleitarme en los paseos por sus callejuelas. Está muy cerca de "mi pueblo", y solamente por el paisaje que se disfruta en el traslado, merece la pena.
He hecho más de una vez este camino andando. 22 Kilómetros. Se suele hacer de noche y en verano, como una romería. La última vez que lo hice tenía 19 años, pero me acuerdo como si fuera ayer. Nos divertimos muchísimo, fue aquel un verano inolvidable y especial, como un "Verano Azul", unos días que dejaron huella en mí. Un verano de excursiones hasta el hogar de los buitres, de tumbarse en la calzada a ver correr por el cielo las estrellas fugaces, de diversión, de desayunar migas, de miradas y besos, de ser dama de honor por sorpresa en las fiestas, de no querer serlo..., y de terminar las vacaciones en Guadalupe con llegada a las 6 de la mañana, casi sin poder dar un paso más y buscando una churreria abierta para recuperar las fuerzas perdidas. Me unen muchos lazos a este pueblo, y ahora llevo a mi Pedro, que no siente la tierra con la misma fuerza que yo, porque no tiene recuerdos en cada esquina, pero le gusta lo que ve y con eso me conformo, con que vuelva conmigo, a mi lado.

Creo que, intentando ser objetiva, este rincón es precioso y encantador. Quizás fuera mucho más bonito si no hubiera tantísimas tiendas destinadas al turismo, que eso, en mi opinión, siempre resta encanto a los sitios. La sensación de que es un lugar que atrae masas, no es la que más me gusta, pero en esta época del año es muy llevadera, nada que ver con el verano, sin lugar a dudas.
Me reencontré con un anciano del que ya os hablé en un post del antiguo blog. Es un señor de 92 años que siempre, siempre, siempre, nos lo encontramos en la calleja de las flores. En cuanto nos ve, no nos recuerda, pero nos da conversación y caramelos de menta.

Visita obligada a la Virgen negra, se crea en ella o no. Tengo mis rituales cuando atravieso la puerta del templo. Primero me paro junto a una piedra que hay a mano derecha, la toco y pido mi deseo. Lo de pedir deseos a las piedras puede ser cosa de locos, pero en realidad, es más bien cosa de fe. El caso es que, allí hay una piedra metida en una pequeña ventanita enrejada, una piedra que tienes que saber que está ahí, claro, porque pasa totalmente desapercibida. No sé el origen de la piedra, he intentado averiguarlo sin resultados, pero sé que a esa piedra se le piden deseos y punto, así que yo se los pido, por si acaso...el siguiente paso es colocarse enfrente de la virgen. A veces, subo al camarín para verla de cerca, pero necesito verla, no sé muy bien porqué.

Al pie de la escalinata que da acceso hasta el Monasterio, hay una fuente antiquísima, donde siempre me han contado que fue la pila bautismal que utilizó Colón para bautizar a los primeros indígenas que trajo de América. He encontrado datos de la presencia de Colón en Guadalupe, pero no este hecho en concreto, así que no sé si será una leyenda o no. La fuente está allí, eso es lo único seguro, y siempre me gusta imaginar ese momento histórico que se produjo exactamente en ese punto.

El Monasterio es patrimonio de la humanidad desde 1993. En su momento, fue un centro de peregrinaje importantísimo. Es increible observar como todo gira en torno a este lugar desde que en el S. XIII un campesino encontrara la imagen de la virgen. El pueblo parece un añadido más, como si fuera una extensión de este edificio, es difícil de explicar, pero es así, o al menos a mi me da esa impresión. Se construyó el monasterio en 1340 por orden del rey Alfonso XI tras vencer a los árabes en la Batalla de Salado. Hoy en día está en manos de los frailes franciscanos. Una de las cosas por las que me gusta entrar a visitarlo, año tras año, es por la enorme cantidad de obras de arte y "tesoros" varios que alberga en su interior, pero también, porque me fascina ver a los frailes, con esas túnicas que llevan, tan austeras. Se deslizan en silencio por los largos pasillos, algunos son un poco antipáticos, todo hay que decirlo. Había un fraile, Fray David, que era joven, amable y cantante. Me han contado que lo han destinado fuera, y es una pena, porque era como un soplo de aire fresco, una alegría enmedio de tanta seriedad, independientemente de que entre su visión del mundo y la mía exista un abismo.
Si pudiera hacerme invisible, me colaría en el monasterio para ver sus vidas entre los muros de semejante monumento...con un día tendría más que suficiente, pero esas vidas tan distintas me atraen, provocan curiosidad en mí.

Abajo, teneis dos fotos del mirador donde solemos parar para ver el pueblo desde arriba. Como vereis, en esta ocasión, y por primera vez en mi vida, sucedió que no lo vimos. ¡Estábamos por encima de las nubes!, que bien se está cuando se está cerca del cielo tocando el suelo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Un detalle por tu parte el recordar ese verano. El recuerdo de los buenos momentos que compartes con los amigos es algo muy especial.
Benjamín.

Lorena dijo...

Benjamín: Es que ese verano fue inolvidable, así que forma parte del paisaje de mi vida. Es inevitable sentir cierta nostalgia, ¿verdad?. Me ha hecho mucha ilusión tu visita, un besito gordote a los tres.

LUNA dijo...

Nosotros este puente de diciembre vamos a visitar Extremadura, y por supuesto, en nuestro itinerario figura Guadalupe. Siempre recuerdo cómo nos contabas tus viajes a aquellas tierras, me hace ilusión conocerlas.
A ver si quedamos pronto, nos vemos y así me aconsejas sitios para ver.
Un besito guapa

Lorena dijo...

Luna: ¡Bienvenidaaaaaaaaaaaa!, un buen destino que estoy segura te va a enamorar, y si no, ya me lo dirás...ahora esta precioso por la enorme mezcla de colores que cubren los bosques, te encantará, ya lo verás...bueno, yo ya sabes que tengo clase de inglés, ahora sólo voy los jueves a tu calle porque los martes la damos en otro lado, a ver si el jueves de la semana que viene nos vemos aunque sea un ratito, ¿cómo lo tienes?. Gracias por el comentario. Muchos besitos!!!

LUNA dijo...

Llámame el jueves y concretamos. Besos

Lorena dijo...

Luna: Perfecto Luna!!!, a ver si puede ser que veamos a Pepe, que te roba todo el protagonismo tan chiquitín, jajajaja

Cominolas dijo...

Me encanta viajar y seguro que hay un montón de sitios preciosos que son poco conocidos,extremadura es una de mis visitas pendientes asi que cuando vaya estoy segura que pasaré por Guadalupe.

Lorena dijo...

Rocio: Pues anímate porque todo el que va vuelve encantado, por la comida, por sus gentes, por sus paisajes verdes e inesperados, por sus monumentos, es un lugar chulísimo, a ver si vas y nos lo cuentas tu misma. Un abrazo.