lunes, 14 de junio de 2010

EL RETORNO.


No he desaparecido de la faz de la Tierra, al menos de momento, pero sí he estado completamente desconectada de estos aparatejos de nuestro siglo que con tanta facilidad nos permiten comunicarnos.
Hace diez días que pasé las horas muertas en una habitación deprimente de hospital, cuidando a mi suegra que está ya como una campana, pero el tiempo en los hospitales se detiene, siempre parece el reloj más lento, y como no estamos acostumbrados a parar porque vivimos en el rol del estrés puro y duro, cuando de golpe pisamos el freno, nos da una sacudida que nos deja medio tocados del ala. Cuesta no hacer nada.
Este hospital era redondo, pero no por ser su forma diferente dejaban de perderse los pasos, pasos arriba y abajo, lentos, silenciosos, sin sentido. Pasos de nervios, pasos de largas esperas. De nuevo historias que preferirías no escuchar, ni ver, ni sentir tan de cerca, desconcertantes, de esas que te dejan sin palabras porque cuando estorban, mejor no pronunciarlas.
Cuando abandonamos el hospital, decidimos irnos un par de días de enfermeros a casa de mis suegros, que viven en el campo, y por eso el gallo de la foto. Yo le llamo Kiriko, porque de niña solía escuchar un cuento grabado en un disco de vinilo que se llamaba precisamente así, "El gallo Kiriko", mientras el disco daba vueltas y vueltas sin parar, yo lo miraba, pero sobre todo, escuchaba e imaginaba las aventuras del gallo Kiriko, un gallo feo, que anduvo lo que no está escrito hasta que llegó a casa de su tío.
Este gallo Kiriko de la foto, es más malo que la sarna, pero precisamente eso, me hace gracia, que nos tiene a todos acobardados, y yo prefiero pasar hambre, que entrar al corral a coger los huevos. En cuanto nos ve por una punta, se viene corriendo desde la otra para plantarnos cara, que el corral es suyo y el harem también, está en su derecho.
Antes convivía con un gallo americano que era la repera, ese me caía todavía peor, porque cantaba a deshora, a las 3:15, 3:30, 3:40, 3:43...y así sucesivamente. Aquel gallo tenía a Kiriko anulado en sus funciones de macho dominante, le picaba, le arrinconaba...pero cuando el americano murió, a Kiriko se le subió a la cabeza el puesto de mando y no veas como está de estirado el mozo. A mí, me encanta ir a mirar las gallinas, pero el gallo me pone a raya bien rapidito, viene en un periquete en cuanto me acerco al corral a decirme: "cuidadito, no des un paso en falso que aquí estoy yo y soy el que mando", y yo, me zurro de miedo, no vaya a saltar y me ataque, que le veo capaz de todo. Al menos, empieza a cantar a las 5:15, cosa que me parece bastante razonable tratándose de un gallo y que le agradezco si recuerdo la pesadilla matinal del anterior gallo, el americano.
Podeis ver en la foto de arriba como pasa revista a las gallinas, todas en fila india y a las órdenes del señor Kiriko.

6 comentarios:

Aniwiki dijo...

Jeje, qué gracia la gallina americana. Me alegro que los momentos del hospital hayan finalizado, eso quiere decir que tu suegra ya está bien o como mínimo mejor.
Un saluwiki bien fuerte y nos leemos por aquí!

Lorena dijo...

Aniwiki: Gracias, sí, de nuevo de regreso hasta no se sabe cuando, jajajaja. Nos leemos, besets bonica!

carmen dijo...

Menos mal que ya ha pasado todo o casí eso espero y os deseo, pues los tiempos en los hospitales son duros.
Lo del gallo yo también conocí a uno que no había forma de entrar al corral, cuando se hacía siempre había que hacerlo con un garrote para hque viera quien era el amo, ¿pero no me digas que no son graciosos lo arrogantes que se ponen?
Me alegro tenerte otra vez por este mundo virtual.
Besicos.

Lorena dijo...

Carmen: Gracias Carmen!, yo tambien me alegro de estar de nuevo por aquí.
En cuanto al gallo, este ni con palo ni sin palo ni de ninguna manera, es una risa que puede con todos el gallo y no le imponen los palos, ya ves. Besets!!

belén dijo...

Hola Lorena, ya me extrañaba a mí que estuvieras tanto tiempo sin actualizar,te imaginaba por ahí pasándotelo pipa y mira tú por donde metida en lo que menos nos gusta. Me alegro de que tu suegra esté mejor. En cuanto a lo del gallo me he reído un montón, quien me diera verte por un agujerito lo nerviosa que te ponías al entrar al corral. Yo es que no los puedo ni ver, les tengo pánico. Lo del gallo americano seguro que lo hacía con mala leche, diría estos no son de mi tierra pues que se fastidien, jajjajjaj.

Moitos biquiños para os dous.

Lorena dijo...

Belen: Ha habido tiempo para todo, ya verás, pero sí, seis días hemos estado de enfermeros, que de todo tenemos que hacer.
A la jaula no entro, eso es sólo para valientes, jajajajajaja, muchos biquiños!!!