34.

Espero siempre la hora en la que el día cambia de nombre, y como la Cenicienta, cuando escucho sonar las campanadas de las doce, es cuando soplo las velitas y pido el deseo. Anoche cumplí mi ritual, y oficialmente, hoy cambio de número de primaveras. No regalo ninguna que todas me han venido bien para crecer aprendiendo, y espero seguir cumpliendo unas cuantas más que aún me quedan muchas cosas por hacer.
¡Me encanta el día de mi cumpleaños!, no lo puedo remediar, se me antoja mágico y siempre me sentí en un cuento, serán cosas de la cabeza, pero es lo que ahi, así que pese a que hoy no vaya a hacer nada especial porque tengo que trabajar, iré por ahí pintando de colores las paredes grises de la habitación donde pasaré gran parte del día, dibujando sonrisas en las nubes y viendo a los aviones dar de comer a sus polluelos.