martes, 6 de julio de 2010

SEÑALES.


Estas señales de la foto significan algo, se ven y enseguida las comprendemos , pero, ¿y las otras señales?, me refiero a aquellas que no están expuestas a nuestros ojos, pero que, sin embargo, nos guían de alguna manera.
Las señales están, aunque nos cueste quizás entenderlas. Si de repente, sucede algo demasiado "casual", y siempre digo que no creo en las casualidades, entonces pienso que es una señal y actúo siguiendo ese presentimiento de que algo va a suceder, y por supuesto, va a ser algo bueno.
En esta vida he conocido a muchas personas. Unas permanecen, otras se evaporan, unas dejan huella, otras ni siquiera se asoman al recuerdo, otras permanecerían si no se hubieran tenido que marchar, en muchas ocasiones, antes de tiempo.
Si hago repaso de como han ido sucediendo las cosas, en la distancia, entiendo muchos de esos "cruces de caminos". Os pondré algún ejemplo: En Laponia, compartí grupo con dos desconocidos con los que después iniciamos una conversación muy divertida de esas que aceleran la hora del reloj. De repente, el capitán del rompehielos nos buscó a Pedro y a mí para completar un taxi compartido que nos tenía que llevar hasta Kemi. La despedida de los desconocidos fue extraña, porque la energía que flotaba en el aire daba a entender que por ambas partes nos hubiera encantado seguir charlando, en vez de despedirnos con un hasta siempre. Recuerdo que cuando subí al taxi, nos decíamos adiós con la mano. En aquel momento, le dije a Pedro: "¡Qué pena que ya nunca más vayamos a verlos!", pero mi sensación era bien distinta, sin saber explicar muy bien porqué. Tres días después, a más de 1000 km de distancia del primer punto de encuentro, y en una ciudad de aproxidamente 580.000 habitantes, alguien se ofreció a hacernos una foto, y ¡eran ellos!. Ahora siguen en mi vida. Fueron el motivo de mi viaje a Singapur, y como esta anécdota podría contaros unas cuantas más que me han sucedido. Encuentros que cambian el rumbo del caminar. Nunca hubiera pensado en Singapur si ellos no hubieran llegado a mi vida. Lo mismo que Alaska no entraba en mis planes, algo parecido sucedió y me fui a la otra punta del mundo.
Este rollo os lo cuento, porque he encontrado una reflexión preciosa en un blog, que me parece que está relacionada con lo que acabo de mencionar. Los encuentros suceden por algo. La cita no sé de quien es, pero merece la pena leerla y meditarla. Os la dejo, ¡disfrutarla!:

“Muchas personas se cruzan en nuestra vida de manera fugaz. Aparecen sin avisar y un día se van, tal vez, sin decir adiós. Tienen una misión que cumplir, son nuestros maestros y maestras. A veces, la lección es sencilla y aprendemos rápido. Otras veces, la asignatura es difícil y nos cuesta aprender. En ocasiones, nos duele el no poder entender. Vienen porque los llamamos y pedimos su ayuda. Si vivimos en lo que es, nos enseñan lo que pudo haber sido y si lo meditamos bien, lo que podría ser.
En su presencia olvidamos muchas veces para qué los trajimos y nos cuesta entender que aunque sean nuestros maestros, lo somos también de ellos, Porque... ” Todos somos discípulos y maestros a la vez".

El blog donde la he encontrado es: Aquí.

7 comentarios:

carmen dijo...

Pues si que influyen a veces las cosas, en mi caso el reencuentro definitivo para que me viniera a estás tierras y ya llevo 35 años.
Te imagínas el 17 de marzo en la plaza del ayuntamiento de Valencia a las dos de la tarde en plena mascleta, que está la plaza llenisima, pues si hija alli fue el reencuentro, asi que hasta hoy.
Besicos.

Lorena dijo...

Carmen: Pues vaya tela!!!, casi nada,enmedio de una mascleá valenciana. ¿Cómo puede conocerse a alguien en semejante tumulto?, jajajajaja. Es muy curioso. Besicos.

Alicia dijo...

Mamá, no sabía que fue el 17 de marzo! El día de mi cumple!!! Pues anda que yo que conocí a Martin porque cogió un papelito en la universidad y vino a vivir con nosotras... besos a las dos

Comtessa d´Angeville dijo...

Me ha gustado más tu reflexión que esa que le ha dado origen... mmm encuentros y desencuentros y fronteras y ay...

Lorena dijo...

Alicia: Mira ¿ves?, nunca te acostarás sin saber algo más. Besets!

Comtessa D´Angeville: ay, ay,jajajajaja, gracias comtessa, un abrazo!

Acróbata dijo...

Muchas veces esas señales nos guían a algo extraordinario, nos evitan un mal mayor, nos protegen, nos ayudan... son como benefactoras.

Pero hay que estar ojo avizor, atento, en alerta...

Lorena dijo...

Acróbata: ¡Me encanta tenerte de nuevo por aquí!, espero que todo esté mejor. Las señales llegan y si las sabes seguir y coges el tren cuando toca, dan un vuelvo a todo, pero si no las seguimos o andamos despistados, es probable que tuviera que suceder así, no sé, porque hay cosas que al final se nos escapan.