martes, 5 de abril de 2011

OBRAS.


Cuando llegamos de madrugada al pueblo y abrimos la puerta de casa, nos dieron ganas de dar la vuelta, por lo menos a mi. Pensábamos que las obras ya estarían terminadas, pero aún nos faltaban un par de días por delante, porque el mal tiempo impidió cumplir con los plazos previstos. Así que, tuvimos que escalar por encima de los muebles para poder acceder a la habitación. Amanecimos bien temprano y las puertas de casa se abrieron de par en par para recibir a los cinco albañiles que deambularon de un lado para otro, mientras nosotros, apenas podíamos abrir los ojos. El pelo revuelto, las legañas acampando a sus anchas, el pijama y la bata de estar por casa desfilando como si tal cosa entre el cemento, el andamio, el olor a pintura y el ruido de los martillos golpeando las paredes, me daban ganas de rematar la faena colocándome un casco en la cabeza para desayunar con seguridad.
Menos mal que, en el pueblo, las vías de escape están al alcance de la mano, y escapar de la pesadilla de vivir envuelta en una nube de polvo blanco, es tan sencillo, como salir por la puerta y desaparecer, en busca de un lugar donde poder respirar sin mascarilla. Somos afortunados por tener el bosque a dos vueltas de pedal, para perdernos entre la niebla, las agujas de pino y el río que completa el extasis de los sentidos con el sonido de sus frías aguas abriéndose paso con fuerza entre los juncos.

7 comentarios:

Alicia dijo...

Ostras, qué susto abrir la puerta y encontraros con todo eso! Hay alguien que conozca unos albaniles que acaben a tiempo? si te hubieras puesto el casco para desayunar hubiera sido total, jaja!

carmen dijo...

Lorena, que ya estamos otra vez al sitio eh.
No sé como lo haces, que siempre en las fotos buscas unos paisajes preciosos,el de la bicicleta de hoy es tan melancólico que me ha gustado mucho.
Que bien unos dias de descanso, si ademas estabas un poco sobrecargada, un cambio siempre se agradece.
Besicos.

Lorena dijo...

Alicia: La verdad es que esperaba polvo, pero la casa desarmada no...en fin, ahora ya está limpio y resuelto, ¡hasta la próxima!, que aquí vamos reformando paso a paso...

Carmen: Ese bosque está a diez minutos de mi casa, es un lugar que me encanta y me voy muchas veces a pasear por allí, va pegado al río Júcar, vamos, una maravilla. Me hacía falta un cambio de aires, si. Besines.

Paulittta dijo...

Jeje me imagino la escena de desayunar en casco y en batín con todos los albañiles por ahí y me da risa jeje Seguro que os va a quedar una casita muy mona!! Ya nos irás contando :-)

bessis

Lorena dijo...

Paulitta: Pues casi, casi, porque es que era ya lo que faltaba, poco a poco, Paula.

Montse dijo...

que andas reformando Lorena?? a mi me encanta la decoración y cambiaría mi casa cada día, pero ni tengo dinero ni ganas de obras... Menudo follón

Lorena dijo...

Montse: El tejado de la casa, que ya está, uuuuffff, una obra más que necesaria, en el pueblo. Un follón,si, es verdad...