ENTRELOBOS.

Aparecen de un modo sigiloso, y siempre, cuando no esperamos que afloren. Surgen de un modo natural, ante un acontecimiento que nos impresiona, y cuando salen a la luz, nos dejan expuestos, porque hemos dejado de controlar y late en el exterior nuestro ánimo, el espíritu, lo que hace que nosotros seamos nosotros.
Los sentimientos palpitan, se mueven a su antojo tras nuestros escudos, y cuando quedan desnudos flotando en el aire, dejan entrever nuestras debilidades.
"Entrelobos" me descolocó, lo esperaba, pero no de ese modo. Movió en mi muchas cosas, arrasó en mi interior, tocó las teclas del alma y rememoró sentimientos, indescriptibles, que sólo se pueden comprender cuando has vivido una experiencia con estos maravillosos animales, cuando los has tenido cerca, los has observado, los has tocado. Los lobos dejan huella en todos los que aprenden a conocerlos.
La historia de Marcos, que no es la primera que he escuchado relacionada con estos hermosos cánidos, es realmente enternecedora. Buscando información sobre este hombre, que espero poder conocer un día, leo una entrevista donde cuenta su tremenda experiencia. No me extraña nada que opine que los animales son mucho mejores que las personas, y tampoco me sorprende que no haya aprendido demasiadas cosas de los hombres. En realidad, comprendo muy bien a lo que se refiere. Veo fotos donde sale rodeado de los lobos que han participado en el rodaje de la película, le siguen, juegan con él y aúllan juntos, y en ese momento, Marcos manifiesta: «Esto es… No se puede explicar». Es cierto, no se puede explicar. Para él los lobos fueron su familia durante muchos años, y hay sensaciones que tan solo se pueden sentir y es imposible describirlas con palabras.
He vuelto a recordar las noches caminando a oscuras por los senderos de tierra y piedra, asegurando cada paso tan solo iluminado por un poco de luz de luna, para llegar junto a Faia y sentarnos juntas, en el suelo. Aullar, escuchar su respuesta, y notar como se humedecía mi mirada al entender lo excepcional del momento, porque los lobos están en la lista negra que anuncia que pueden desaparecer, que sus poblaciones se reducen, que les ganamos terreno, o mejor, se lo robamos, y en ese aullido, se concentra todo eso que hace que te estremezcas, el atisbo de dolor cuando un pensamiento pasa fugaz por tu mente, algo que no quieres ni siquiera imaginar que pueda suceder porque te hiere, y no es otra cosa que un día, esos aullidos dejen de escucharse. Sería una tragedia, sería una puñalada en la conciencia. Todo eso salió a flote en la sala de cine, se desparramó sin control con las lágrimas, corrió por mi rostro, se perdió en el exterior sin soltar el ancla que queda dentro, porque eso es lo que pasa con las cosas que nacen en el corazón, que sencillamente, permanecen allí, se alojan y viven para siempre junto a ti. Conocer es amar, y en el amor está todo, todo eso que hace que merezca la pena vivir.

Foto:Aquí.