domingo, 14 de agosto de 2011

KINGLEY VALE.


Un paseo por Kingley Vale necesita su tiempo. Algunos de sus árboles tienen más de 2000 años, que se dice pronto. Se trata de un bosque profundo, denso, a veces oscuro, donde predomina la presencia de los tejos, más de mil. Hay más de 50 especies de plantas distintas, flores de diversos colores que crecen salvajes, 58 especies de mariposas...un paraiso para los amantes de la naturaleza, y lo descubrimos de la mano de Fernando y Nieves.

Este bosque tiene una larga historia que se remonta al tiempo de los romanos, y le rodean sus leyendas, ficticias o no, ¿quien sabe?, como la de que un batallón de soldados se perdió en su interior y allí siguen sus espíritus vagando,en las frías noches de invierno, buscando la salida.
En la segunda guerra mundial, Kingley Vale se convirtió en campo de entrenamiento para soldados canadienses e ingleses, es por esto que en alguno de sus árboles se pueden ver todavía los orificios creados por los disparos.

Es difícil ver tejos, parece un árbol más del pasado que del presente. De hecho, en España hay pueblos cuyo nombre refleja la presencia de tejos en el lugar, y actualmente no tienen ni uno solo. Incluso he leído por ahí, que en Inglaterra aparecieron herramientas hechas con madera de tejo que tienen más de 50.000 años de antigüedad. Es una pena que se pierdan porque, en mi opinión, es un árbol muy especial. Antaño, un bosque de tejos tenía una importancia enorme, porque proporcionaba madera suficiente para confeccionar armas en tiempos de guerra.

En Kingley Vale son mucho más que centenarios. Zonas oscuras por la sombra de estos árboles, repletas de ramas que se esparcen con formas rocambolescas, recuerdan a un bosque encantado, no es extraño que existan leyendas misteriosas alrededor de este lugar, yo me sentí como Blancanieves cuando se pierde en el bosque antes de llegar a casa de los enanitos.

Sin duda, el tejo ha inspirado muchas escenas de películas. Te rodeas de estos árboles y sientes como te envuelve el misterio, entras a formar parte del encantamiento.

Tejos retorciéndose, expandiéndose, abriéndose paso en el suelo con sus raíces. Tejos que han sobrevivido al paso de los años, logrando mantenerse firmes sin terminar formando parte del mobiliario de una casa o de la construcción de un barco. ¡Lo que habrán visto llover!, y allí están, bien agarrados a la vida, superando con éxito el paso del tiempo, las tempestades, mientras a su alrededor desfilan generaciones y generaciones de curiosos atraidos por su extraña belleza.

Un árbol que cura y mata.
Cura porque se descubrió que contiene una sustancia que se llama taxol que es anticancerígena, y esto les convirtió en carne de cañón hasta que se supo que también estaba en sus hojas y dejaron de talarlos.
Mata por paralisis respiratoria. Al parecer, una infusión de Tejo es de lo más tóxica, aunque he leído que algunos animales son inmunes, a otros les mataría de manera fulminante.

Miraba los tejos, asombrada, sorprendida de ver tantos y tan juntos. Acariciar su tronco, robusto, alguno hueco, porque los años no pasan en balde ni para ellos, su corteza con alguna tonalidad rojiza, áspera y suave al mismo tiempo, difícil de definir, y pensaba que este árbol es un ejemplo de paciencia, de superación y de constancia. Y como todas las cosas del mundo natural, ofrece su sabiduría como un regalo, no es necesario que hable, se aprende mucho tan solo observándolo.
Me senté en la rama de un tejo, que sostuvo mi peso como si fuera una pluma, lo admiré como un tesoro, una grandeza más de la creación, colosal, aprecié desde el alma la fortuna de poder estar allí, en un lugar así, me envolví en su energía y salí de fortalecida,es difícil no dejarse contagiar de ese ser latente.

Así que, ya veis, rodeados de árboles longevos pasamos una tarde inolvidable inmersos en un escenario increíble. Las fotos no hacen honor al lugar, mágico, que te dibuja una sonrisa cuando te sumerges en él.

Siempre me acuerdo de que mi abuelo cuidaba a los árboles con auténtica devoción, me lo han contado miles de veces también, y no sé si será que me viene por ahí el ramalazo, pero creo que los árboles son seres especiales. Cuando te adentras en la naturaleza parecen compañeros silenciosos, pero, obsérvarlos con admiración y aprenderás una auténtica lección de vida: La Superación. Crecen, se regeneran a sí mismos, soportan las condiciones más adversas, crean, resisten...¡cuántas veces en la vida somos como los árboles!, ¿no os parece?, son un buen recordatorio de que hasta las más fuertes tormentas pasan y se puede sobrevivir a ellas y salir fortalecido.

La excursión por este bosque nos llevó hasta lo alto de una colina donde cuentan que hubo un templo romano en su día, aunque también dicen que la colina son tumbas de reyes del año catapum. Sea lo que sea, las vistas desde allí te llevan lejos en todos los sentidos, y te permiten admirar todo el contorno, los pueblos que parecen pequeñitos desde tan alto, el manto verde que cubre este país.

Y hasta aquí la tarde en este bosque de contrastes y de colores, de donde salí con una idea clara, si un día tuviera que elegir ser un árbol, no me importaría en absoluto ser un tejo.

Pd: Para David CO2 y para Tejón, dos apasionados de los tejos, pero especialmente le dedico el post a Tejo, esté donde esté.




8 comentarios:

fermin dijo...

Sabias que el tejo era un árbol sagrado para los antiguos cántabros? Aquellos que se lo pusieron difícil a los romanos en su conquista de la península.

El tejón dijo...

Gracias,Lorena, muy buen reportaje, pero he de decirte lo que ya le he comentado a Fermín en un correo, la mayor concentración de tejos de Europa está en Asturias, concretamente en La Sierra del Sueve, donde se contabilizan más de 8.000 ejemplares. Llevo todo el verano tratando de rewclutar gente para hacer la visita guiada que hacen desde el Centro de Interpretación de Gobiendes.
Otra tejeda muy importante es la de Tosande, en la montaña palentina, esa la conozco y es espectacular como lo es tambien una más pequeña que tenemos aquí en Cantabria, La Braña los tejos con unos ejemplares milenarios muy bonitos.
Te dejo unos en laces.
Un abrazo.

http://lacuevadeltasugo.blogspot.com/2010/11/tejeda-de-tosande.html

http://lacuevadeltasugo.blogspot.com/2009/08/la-brana-los-tejos.html

Anónimo dijo...

Lorena , gracias en nombre de los dos, la verdad es que al leer la última frase que has escrito, me han entrado unas ganicas de llorar!!! pero bueno como tu dices este donde esté siempre lo tendremos cerca de nosotrso.
Un besico

Lorena dijo...

Fermin: Había leído que era sagrado para los celtas, ¡qué pasada los tejos!, es muy interesante todo lo que les rodea. Gracias Fermin!!

El Tejón: ¡Muchas gracias por toda esa información!, me la apunto porque me dejaré caer por ahí, sin duda alguna, lo más pronto posible. No conocía esto y me encanta saberlo porque eso significa que tengo nuevos lugares de visita obligatoria, un abrazo!

Anónima Vanesa: Porque sé que eres tú. Irremediablemente me he acordado de Tejo, porque no se puede olvidar y porque no perdemos la esperanza de volvernos a encontrar, ¿verdad?. Besines bonica!!, ¡qué ganas de veros!, ays...

fernando piris dijo...

Holaa!!

Muy bueno el post Lorena sobre Kingsley vale a mi me encanta este bosque ya lo sabes es uno de mis preferidos en el sur de Inglaterra y están censados unos 30000 tejos en algo mas de 80 hectáreas nada menos no es el bosque mas grande creo que en Suiza hay un par que lo superan pero tan viejos como estos no algunos no se les puede calcular la edad.
Pero prima recuerdo que decías que no te importaría pasar una noche allí buuff!! con la cantidad de leyendas que tiene que si hay una legión romana perdida que si vagabundean guerreros vikingos y ya de por si las toda la mitología de los tejos vamos para morirse de miedo jejeje
las montículos que hay arriba en el monte son tumbas de antiguos reyes de la edad de bronce de hay le viene el nombre al bosque Kingsley vale estos montículos también conocidos como los "Devil hump´s" (las jorobas del diablo) .

Gracias de nuevo por esa magnifica descripción del bosque y animo a la gente que si tienen oportunidad de acercarse por aquí no dejen de ver esta joya única y no muy conocida.

Un saludo desde la pérfida Albión.

Fernando

Lorena dijo...

Fernando: A mí por lo que veo, se me han ido los números al garete...entendí mil tejos y son treinta mil, ando un poco despistada...en fin, un lapsus de 290000 lo tiene cualquiera, jajajaja
En cuanto a pasar la noche, si, creo que me atrevería, pero acamparia en alguna de las enormes extensiones de manto verde, no debajo de los árboles que es más tenebroso, ese sería el secreto para no ver fantasmas en la oscuridad y en cada rama de tejo.
En cuanto a las tumbas, ya no recordaba de que reyes eran, así que lo del año catapum ha resultado muy socorrido.
En fin,me ha encantado verte por aquí. ¡Muchos besines a los dos!

Paulittta dijo...

Qué árboles tan majestuosos!! Me encanta la historia que nos has contado sobre el bosque pero me da lástima que estén agujereados por las balas. Sabes que no conocía estos árboles? Gracias por enseñarme otra cosa nueva!!

bessiss

Lorena dijo...

Paulitta: Pues los tejos son muy nuestros, y muy místicos. creo que en España los tienes más al norte, pero si, son muy de cuento de Blancanieves, me gustan mucho. Besitos!!!