martes, 8 de marzo de 2011
DELTA DEL EBRO.
Vimos una pequeña colonia de flamencos, junto a la orilla, andando con su peculiar contorneo, sin prisas, porque si eres un flamenco viviendo en libertad, no tienes estrés, ni horarios, ventajas de ser pájaro. Nos acercamos en silencio, con una lentitud consciente, hasta donde nos dejaron, hasta que salieron volando, encogiendo sus largas patas, mientras desplegaban sus alas rosadas, cogiendo velocidad en el vuelo para huir así, de la indiscreta presencia humana.
Las pequeñas casitas del fondo me llevaron de inmediato a Noruega. Aunque no tengan nada que ver, algo hizo conexión, quizás sus colores, quizás la madera con la que están construidas o quizás el cielo de un azul increible que hacía un contraste espectacular con las blancas nubes.
Mi remero preferido. Los palos que salen son la estructura de los criaderos de ostras y mejillones.
La foto de arriba se la dedicamos a Carlos, porque cada vez que vemos un kayak, irremediablemente pensamos en él. Ahora entiendo porque le gusta tanto este deporte, porque es una pasada. Para variar, a mi me asustaba lo desconocido, porque no controlar se convierte en un muro que saltar. Todos iban contentos y felices, con la idea de que la mañana iba a ser inolvidable, mientras que yo, parecía que fuera al matadero, no tenía tan claro que me fuera a gustar la experiencia, y la verdad es que disfruté muchísimo.
Uno empezó la ruta pasado por agua. Aún no entiendo como pudo volcar en la orilla. A mi, me alivió saber que el kayak era abierto, porque meterme en uno de esos claustrofóbicos no me hacía ni pizca de gracia, aunque Pedro dice que los prefiere, que no hay punto de comparación, será que no entiendo, o será que sobre gustos, colores.
El Parque Natural del Delta del Ebro, se localiza en la desembocadura del río, en la província de Tarragona.
El río ha creado con el paso del tiempo, este entorno de una belleza fascinante. Arrastrando sedimentos desde los Pirineos, el sistema ibérico y la cordillera cantábrica. Materiales transportados por la fuerza del agua del río más caudaloso de la península ibérica, que al llegar a este punto, se han ido acumulando hasta crear un delta con forma de flecha que se introduce hasta 22 kilómetros en el mar. Un milagro más de la naturaleza.
Vivimos el placer de pisar suelo. Sentimos, literalmente, el mundo bajo los pies, la agradable sensación de hundirnos a cada paso en la tierra húmeda.
El resultado, un dibujo de pasos en paralelo, las marcas de la derecha son las mias, las de la izquierda, las de Pedro. Caminando juntos con el suelo en movimiento, pringándonos de aire, mar y tierra, para llevarnos, después, el recuerdo intenso de unos momentos inolvidables.
Las dunas, un faro solitario a lo lejos, los rayos del sol sobre nuestra piel, el agua helada salpicando de vez en cuando el interior de la embarcación, la brisa, la calma que reinaba, una perfecta combinación que mantenía todos los sentidos rindiendo al 100%.
En este lugar conviven unas 325 especies de aves. Un paraiso con una riqueza biológica increible, por su flora y fauna. Cañizos, juncos, extensos arrozales, playas desiertas y dunas. El delta es un lugar con sello, con una personalidad bien definida, y allí estuve un rato, formando parte del paisaje, flotando literalmente sobre sus aguas.
Me dijeron que me iba a enamorar, con un amor enfermizo. Me dijeron que este rincón del mundo tiene algo, que engancha, que la adicción te hace regresar a por una dosis más. Me advirtieron de que, cuando lo descubriera, se quedaría, se haría otro delta en mi corazón con los sedimentos acumulados en el recuerdo, y pese a todo, no quise dejar de ir, para comprobarlo por mi misma. Es cierto, hay un no sé qué, algo que te encanta, que te envuelve, que te empapa, y que te hace soñar con regresar.
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10 comentarios:
Muy bonita la excursión,y muy valientes, pues con el frio que hacía y vosotros en Kayac nada menos. El delta, la verdad que es un paraje muy bonito, y a vosotros que os gusta tanto la naturaleza, disfrutaríais un montón.
También lo recuerdo como un dia muy bonito, Alicia era pequeña, tenia como 12 años, estuvimos observando a las aves, desde los observatorios que había, cogimos un barco y lo pasamos muy bien. Siempre decimos que tenemos que volver.
Carmen: Pues ya sabes lo que has de hacer, cuando vengan los dos suecos, les llevais de excursión. Nos hizo un día maravilloso. Un besito.
Qué bonito! Si que debe de enganchar porque yo tengo unos amigos (de Zaragoza) que van todos los años y les encanta. A ver cuando nos animamos nosotros...
Es precioso el Delta del Ebro. Ir en kayac es muy divertido! Nosotros lo solemos hacer a veces por Estocolmo cuando hace buen tiempo y este verano cuando estuvimos en Menorca también lo hicimos. Besitos
Lorena: Este post me ha traído muchos recuerdos. Mi tio Joaquin vivia en Tarragona y cuando ibamos a visitarlo nos llevaba de excursión, me encantaba subir al barquito y sentir la brisa del mar al acercarme a la desembocadura. Si!!! Es precioso.
Cuka: Eso dicen, que quien va, vuelve. Yo desde luego, tengo esa intención.
Alicia: Es cierto, me encantó, fue divertido y en cuanto podamos, repetimos.
Cominolas: Pues en cuanto te vea te digo donde comimos porque es ideal para ir con niños. Tienes una buena excusa para hacer la visita y recordar viejos tiempos.
Estaba pensando donde hacer un mini viaje y me has dado una gran idea.
Siempre he querido ir y me ha encantado tu explicación.
Tal como lo explicas dan ganas de salir corriendo hacia allí.
Montse: Pues si vas, luego nos lo cuentas, a ver si a ti te gusta. Me dijeron que ahora, cuando llega primavera, se pone precioso todo. Disfrútalo!!.
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