lunes, 14 de marzo de 2011

AUSENCIA.


Alguien dijo que la soledad es estar rodeado de gente y pensar sólo en la que falta. Hoy siento que, exactamente, esa es la sensación que me acompaña.
La ausencia impuesta es un mazazo por inesperada, porque no deja espacio para despedidas.
Me muevo, sigo, ando como una autómata, pero tengo todo mi ser puesto en un sólo pensamiento, porque hay caídas que te golpean con fuerza, produciendo heridas que, como todas las heridas, necesitan su espacio, su tiempo para sanar. Voy y vengo, de un modo mecánico, buscando un respiro, pero da igual donde esté, porque la sensación me acompaña. Miro de frente para afrontar, si huyes del dolor, no se va, y tienes que dar espacio a la resignación, a la aceptación.
Ayer, regresé donde todo comenzó. No sé si fue buena idea, porque el vacio aún parece más profundo en ese lugar si no está él. Me cuesta sonreir, me cuesta ver la vida seguir como si nada. Después, me encontré con unas palabras que necesitaba, casi con desesperación. Me sentí mejor, menos perdida, menos confusa, teniendo en mi poder la confirmación que necesitaba tener, que sabía, pero leerlo fue como recibir un certificado. Me llegaron del cielo, como una señal, para que no vuelva a tener dudas, para que, cuando se presente la vacilación, acuda a ellas a recordar que lo que fue es lo que hay, intensidad, todo eso no se va, no hay ausencia que pueda borrar lo que lleva el corazón.
No consigo recordar el número de aquel kilómetro.

Pd: Japón también está en el pensamiento y en el sentimiento.

6 comentarios:

Sera dijo...

Me siento tan identificada...yo a veces siento que todo va bien, a veces me olvido, especialmente al despertar...pero la realidad llega más temprando que tarde y me pega una leche que me deja ko un rato...

Lorena dijo...

Sera: Es que la realidad, a veces, se transforma en pesadilla. Un abrazo Sera!

JAVIER dijo...

Como bien dices, hay que dar tiempo y espacio para sanar las heridas,heridas que dejan cicatrices necesarias para entender que estamos de paso y que en el fonde todo es un tanto efímero.

Lorena dijo...

Javi: ¿Qué te voy a contar yo a ti?, ya sabes,por desgracia como es la ausencia, el echar de menos doloroso, no sé, te dicen que la vida sigue, y es verdad, pero de repente, te pesa como una losa, y al final, sólo queda aprender a vivir sin su presencia física, pero yo quiero pensar que las almas estan, permanecen. Lo que no se ve también existe. Gracias, Javi, después de estas cosas una piensa que no hemos de dejar que pase el tiempo, a ver si nos vemos pronto, allí o aquí, que no estamos tan lejos. Besos.

CUKA dijo...

Ánimo Lorena! El luto es necesario, tomate tu tiempo... el dolor también forma parte de la vida. Un beset

Lorena dijo...

Cuka: Es cierto, pero se hace muy cuesta arriba, porque de repente necesitas un abrazo pero sólo de quien no te lo puede dar...gracias Cuka, un besito.