miércoles, 19 de enero de 2011
LEYENDA.
Ayer, Blanca, mi sobrina, me llamó por teléfono porque necesitaba que le contara una leyenda para su clase de castellano, y entonces, me acordé de este viaje, mi primera visita a Finlandia. Un viaje al que llegué sin maletas, porque se quedaron perdidas en Barcelona, así que, tras comprar lo básico, pasé varios días utilizando una sudadera de Pedro que me venía como un saco, hasta que un miércoles, y mirar si las esperaba con ganas que recuerdo el día de la semana, aparecieron en la recepción del hotel y me puse a dar saltos de alegría.
Finlandia ha recibido mis visitas en tres ocasiones. Tengo recuerdos inolvidables de sus mil lagos, de sus fríos inviernos, de sus bosques y sus ciudades. Calles de adoquines, llenar los pulmones de un aire limpio y puro, pasear bajo la lluvia, agradecer cada rayito de sol...
Aquella primera visita, nos llevó a dar un rodeo por la parte sur donde hicimos la ruta del oro verde, con unos paisajes espectaculares.
Nos invitaron a una extraña fiesta...
y después, nos escapamos a Tallin(Estonia), a tan solo una hora en ferry desde Helsinki.
La leyenda que le conté a Blanca, nace en el castillo de Savolinna. Cuentan que Ingel, hija del jefe de un ejercito, fue el objeto de una trampa cuando el jefe del ejercito enemigo comenzó a cortejarla, sin que ella conociera su verdadera identidad. Se ganó la confianza de Ingel y ésta, una noche, abrió la puerta del castillo a su supuesto enamorado que aprovechó para abordarlo y entrar en el mismo. Comenzó una batalla entre ambos bandos. El padre de Ingel, sintiéndose traicionado por su propia hija, ordenó que la emparedaran entre las paredes del patio del castillo. En el lugar donde supuestamente se encuentra el cuerpo de Ingel, creció un árbol de flores blancas que ha permanecido allí hasta que hace pocos años, un rayo en una noche de tormenta lo partió. Pobre Ingel, dos veces traicionada...
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5 comentarios:
Que gracia verte tan jovencica, como se cambia con el paso del tiempo.
En cuanto a la leyenda, pobrecica Ingel, que cosas. Cuando estuve en Praga, entré como no a una librería y encontré un libro de leyendas de las casas importantes de Praga y además en castellano. Son curiosas las cosas que se cuentan en las leyendas. Que suerte tu sobrina que le cuentes esas cosas tan bonitas y además conociendo los sitios donde transcurren
A por el cuarto viaje a Finlandia. Por las fotos si que parece una fiesta extraña si. Yo siempre digo cuando voy a Estocolmo que tenemos que ir a Tallín, pues lo que tu dices, está también muy cerca, pero como siempre el tiempo pasa tan rápido que siempre lo vamos dejando.
Besicos.
Carmen: Tallin es precioso y merece la pena hacer una visita.
En cuanto a las leyendas, me chiflan, y a Blanca le vino de maravilla que me guste tanto porque le pedían una en los deberes.
Un besote!!!
Carmen: ¡Ah!, sueño con la cuarta visita, pero siempre aparecen otros sitios de por medio y lo voy dejando...
Lorena!
Ineresante, la leyenda de Ingel. Gracias por tu comentario en mi blog. He visto que tenéis gato. Pienso que es mejor tener el gato del vecino como visitante uno o dos veces de semana. Nos visitó ayer. ¿Y vosotros, cúando venéis a Suecia? ¡Sois bienvenidos!
Don Gerardo: ¡Qué alegría me da verte por aquí, Don Gerardo!. Tenemos un gato que se llama Colás, ya hace nueve años que está con nosotros, y los vecinos, de momento, no tienen gato, pero tienen un perro muy pequeño que se llama Hugo.
Estamos deseando ir a Suecia. Pedro se ha buscado un profesor de sueco para aprender, así que no creo que pase mucho tiempo para que te hagamos una visita y nos presentes el gato del vecino. Ya sabes que aquí también ¡sois bienvenidos!.
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