viernes, 16 de abril de 2010
FRAGAS DO EUME.
Este bosque de hadas, gnomos y ninfas, fue declarado parque natural en el año 1997. Es un lugar de alto interés ecológico por su biodiversidad, tanto a nivel botánico como zoológico. Alberga 23 especies arbóreas, 21 especies de helechos y 126 especies de vertebrados, 8 de anfibios(vimos una salamandra rabilarga, negra y amarilla, preciosa),14 de reptiles, 103 de aves, 41 de mamíferos. Vamos, una joya para los amantes de la naturaleza. Entre los invertebrados hay dos especies de caracoles endémicos de esta zona.
En alguno de los carteles informativos, pudimos ver que, entre la fauna que tiene como hogar este bosque Atlántico, se encuentran el lobo y el gato montés, entre otros, pero especialmente me emocionó saber que quizás se obrara un milagro y nos cruzáramos con un precioso lobo, animal que sabeis que me fascina, claro que, no hubo suerte.
Hicimos una ruta senderista de un par de horas que nos llevó hasta el Monasterio de Caaveiro.
Durante la ruta, predominaron los maravillosos sonidos de la naturaleza, que son un bálsamo para el alma. Costaba romper esa armonía con el uso indebido de las palabras. Este bosque de ensueño, digno de estar a la altura de lo que se imagina cuando leemos un cuento, agudizó nuestros sentidos y sacó a flote la serenidad escondida tras el estrés que solemos arrastrar por el trajín en el que nos envuelve la vida en su rutina.
Sin duda, es este lugar, el que posee uno de los paisajes más bellos de Galicia. Un privilegio para los sentidos por el frescor que proporciona, no sólo el verde musgo cubriendo la corteza de los árboles y las piedras, sino también el río Eume en su recorrido, protagonista indiscutible de los rincones más hermosos de este rincón del mundo.
Inspirarse en este bosque para escribir leyendas resulta increíblemente sencillo. Es un lugar proclive a la magia y al misterio, un lugar donde se pueden alimentar fácilmente las historias. La luz penetra a raudales, casi velada por tanta rama de árbol, las cascadas, los líquenes, los helechos, todo se une en un conjunto para hacer que las sensaciones se vuelvan casi irreales, por eso ahora lo recuerdo como un sueño.
El regalo que este tesoro natural todavía nos guardaba, era un pequeño monasterio escondido en su corazón.
El monasterio de Caaveiro, donde vivió San Rosendo, si no recuerdo mal. La leyenda cuenta que el santo un día blasfemó contra Dios y al arrepentirse de sus pecados, tiró el anillo con todas sus fuerzas al río, diciéndose a sí mismo, que si un día lo recuperaba significaría que Dios le había perdonado. Así fue, el anillo apareció dentro de un salmón que fue pescado para la cena y San Rosendo se dió por perdonado.
El monasterio fue fundado en el S.IX. Primero perteneció a una orden religiosa y después, pasó a manos de un particular. ¿Os imaginais ser dueños de un monasterio así?, a mí no me sacaría nadie de allí y me movería cuál princesa encerrada en su castillo, soñando de la mañana a la noche, supongo que enloqueciendo al final de tanto placer gratuito para los sentidos, y colorín colorado, este cuento se ha acabado, por hoy, claro, que ya sólo queda un último post y doy por zanjada Galicia.
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4 comentarios:
Jolín Lorena, me da una envidia leerte...es envidia sana, por supuesto, pero me gustaría poder disfrutar de todos esos viajes y paisajes de ensueño que tienes la suerte de recorrer.
Por favor, sigue dándonos envidia. Yo de momento, poco positivo puedo contar, así que me consuelo con lo que le sucede al resto ;(
Besirrinines
Mayte: Nada de envidia, nada de envidia. Haz una huchita y corre a perderte en el bosque.
Céntrate en el presente, en el ahora, y disfruta de todas esas pequeñas cosas que la costumbre nos hace pasar desapercibidas. Nada negativo, al revés, todo positivo, que "estar" no es poco. Muchos besines!!!
Hola Lorena!!! Qué bosque más bonito! Además que lo cuentas todo como un cuento! Me encanta leerte! Besitos
Alicia:¡Muchas gracias!, te agradezco mucho el piropo. Yo tmb disfruto leyéndote a ti. Un abrazote!
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